En medio del mar se erigen los aerogeneradores, gigantes alineados que mueven sus aspas para arrebatarle al aire su energía y dársela a los hombres, con lo cual han hecho posible que Dinamarca esté convertida en líder mundial en producción de energía eólica, de la cual satisface 26% de su consumo eléctrico interno.
Algunos de los desafíos del Acuerdo de Energía 2012, realizado en Dinamarca, son reducir 12% el consumo de energía, en comparación con el año 2006, que 35% del suministro de energía provenga de fuentes renovables y que 50% de la electricidad nacional se obtenga de la energía eólica.
Con este acuerdo en mente, cuyo objetivo se ha trazado para el año 2020, se tiene prevista la construcción de más parques con turbinas aéreas, pues hasta finales de 2012 el 26% de su electricidad provenía de la energía eólica.
Pero esto no es todo, ya que el gobierno danés planteó el año 2050 como fecha límite para que todo el país funcione con energía verde, dejando de utilizar el petróleo y el carbón, tan recurrentes en todo el globo.
Un punto que apoya esta ambiciosa meta es la calidad de la infraestructura y de la mano de obra del país europeo, que le ha dado renombre en la región. Lo que llama la atención es que con todo este enfoque energético no estén pensando en la energía nuclear.
Por tanto, de llevarse a cabo las cosas de acuerdo con lo planeado y mediante otras medidas sustentables (Copenhague es famosa a nivel mundial por su cultura ciclista), para el año 2020 se tendrá una reducción de emisiones de dióxido de carbono en 34%, y para el 2050 por fin Dinamarca funcionará totalmente con energía verde.
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