Mucha gente piensa que la lectura veloz no funciona o que su fama sólo es cuestión de publicidad y eso de que pueden alcanzarse velocidades increíbles, la ha vuelto escéptica, por lo cual no quieren perder su tiempo en algo que sienten no les va a servir.
Otras personas con un enfoque crítico se acercan un poco y no consideran que los ejercicios oculares sean suficientes para leer, comprender y retener la información a la velocidad que se anuncia.
Ahora bien, hay que reconocer que la lectura rápida tiene una gran dosis de charlatanería tal vez debido a sus propios orígenes, pues el término "lectura rápida" lo creó en 1960 la estadounidense Evelyn Wood, al abrir su escuela de lectura dinámica.
Sin embargo, el negocio quebró debido a su inexperiencia empresarial y a la falta de publicidad. Posteriormente, los nuevos propietarios decidieron que la publicidad no sólo era importante sino que lo era todo, así que luego de agresivas campañas y el apoyo indirecto del presidente John F. Kennedy lograron convertir a la lectura veloz en una verdadera manía.
Sin embargo, aun cuando el negocio estaba en auge, pocos estudiantes pudieron dominar las extrañas técnicas recomendadas por los nuevos dueños, o alcanzar las asombrosas velocidades prometidas, por lo cual poco a poco fue perdiendo credibilidad ... ...
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