La palabra spa deriva del latín “salute per acquam”, expresión utilizada en tiempos del antiguo Imperio Romano para denominar a los sitios de reposo en donde se practicaban baños termales y minerales.
Entonces se aplicaba una terapia para el tratamiento de diversas afecciones, consistente en el uso de aguas ricas en minerales y complementado con sustancias naturales, lo cual se conocía desde tiempos inmemoriales.
Ya en pleno siglo XX los spas comenzaron a extenderse y llegaron a América, de donde incorporó la tradición de los baños purificantes y curativos de las diversas culturas mesoamericanas, concretamente los temazcalli aztecas.
Posteriormente surgió el auge del “estar en forma” en Estados Unidos y Europa, que expandió esta práctica hasta México. Actualmente hay establecimientos que ofrecen servicios de belleza, manejo de estrés, alimentación, actividades deportivas y recreativas, y todo aquello que contribuya a mejorar el estilo de vida.
En cuanto a instalaciones, los spas están integrados por el área de ejercicios con un salón de aeróbicos, un gimnasio con equipo de levantamiento de pesas y aparatos de ejercicio, y alberca.
Los tratamientos más comunes incluyen masaje exfoliante con algas, hierbas y terapia de duchas, baños terapéuticos, así como tratamientos para el cuidado de la piel, servicios de belleza, estilo de vida, relajación y servicios complementarios.
Un punto importante es el área dedicada a la nutrición, pues se ofrecen menús saludables, que pueden ser de grasas o calorías controladas.
Tipos de spa
De hotel o amenidad
Es parte de las instalaciones de un hotel y se considera un beneficio adicional para satisfacer las expectativas de los huéspedes...
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