El Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) desarrolla una tecnología no invasiva para medir la presión en el ojo, con lo cual se puede detectar el glaucoma. El dispositivo emplea un sensor de presión intraocular con dos láseres: un haz de luz pulsado y uno de emisión continua durante 100 millonésimas de segundo.
El sensor está basado en un fenómeno físico conocido como cavitación láser usando pulsos cortos, durante los cuales se genera una burbuja en el humor acuoso ocular. La burbuja crece hasta alcanzar su tamaño máximo, alrededor de un milímetro; luego decrece hasta colapsarse completamente.
El tamaño máximo de la burbuja y su duración y tiempo de colapso están determinados por la presión intraocular, que es un factor esencial para medir la presión del ojo, a fin de identificar glaucoma, enfermedad que padecen 15 millones de personas a nivel mundial.
Por lo tanto, si se mide el tamaño máximo o el tiempo de colapso de la burbuja, puede determinarse la presión intraocular con gran precisión.
Esta tecnología la está desarrollando el CICESE en colaboración con la Clínica de Ojos de Tijuana (Tijuana Eye Center) y la empresa Oftálmica Internacional. Hasta ahora se ha probado en un ojo artificial al introducir un pulso láser en el ojo y fotografiar la burbuja de cavitación formada.
En cambio, el método actual mide la presión intraocular al tocar, directamente o a través de un flujo de aire, la parte frontal del ojo, luego provocar un pequeño aplanamiento en el globo ocular, manteniendo el contacto de 5 a 10 segundos para poder tomar la presión.
La desventaja de esto método es que la precisión de la medición depende de las características físicas del órgano de cada individuo (como grosor, dureza e hidratación) los cuales dependen de la edad, estado de salud y características raciales; además, también influye el movimiento natural del paciente.
En cambio, el sensor de presión intraocular basado en cavitación láser no es invasivo, pues no hay contacto físico con el globo ocular. La medición se realiza directamente en el interior del ojo, por lo que no depende de las características físicas del globo ocular. Aparte, es un método rápido sin que el movimiento del paciente afecte la medición.
El dispositivo se encuentra aún en fase experimental, pues luego de aplicarse a un ojo artificial, lo que sigue es elaborar un prototipo para realizar pruebas en animales, y posteriormente llevar a cabo pruebas clínicas en seres humanos.
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