¿Te has dado cuenta de que luego de hablar con cierta persona tu estado de ánimo o el de ella cambia? Esto tiene que ver directamente con lo que hablamos, cómo lo expresamos y la propia receptividad a lo que se dice.
Entonces, debido a que las palabras que utilizamos pueden afectarnos para bien o para mal, incluso sin darnos cuenta, debemos tener mucho cuidado con ellas, con el tono de voz, si son positivas o negativas, y el grado de autoridad que tiene la otra persona o nosotros mismos.
Con base en lo anterior, aquí te enumeramos algunas expresiones que debes evitar y así dejar de influir negativamente en los demás, e igualmente no ser influido por otros.
Mañana, un día de estos, luego
Esta serie de expresiones, que no te llevan a nada, tienen que ver con el aplazamiento de decisiones. Si te das cuenta, cada vez que alguien las dice, generalmente no llegan a hacer la tarea en cuestión. Por tanto, si quieres cumplir con tus metas evita decirlas y mejor determina un tiempo específico para ellas, como el lunes, en cinco meses, en un año.
Pero
De seguro te has encontrado con esta situación: estás hablando con una persona, está enumerando tus cualidades, y en ese momento, por su expresión, algo te dice que lo que viene no es bueno y mientras habla le dices “pero…”, y justo ella comienza a enfocarse en la parte negativa.
Esto es porque la palabra “pero” tiene en sí una connotación negativa y tiende a anular lo bueno que se dijo en la primera parte de la expresión. Por ejemplo, en la frase “tu dibujo es bonito, pero sería bueno que te enfocaras en los detalles”, el enfoque se percibe como negativo. Esto podría cambiar si utilizamos el conector “y”, haciendo más positivo el sentido: “tu dibujo es bonito, y sería bueno que te enfocaras en los detalles”. Esto le restará fuerza a la parte negativa.
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