En los diversos artículos de este blog hemos aludido a la importancia de la lectura veloz o rápida y a diversas técnicas para lograr entenderla y utilizarla a nuestro favor, sin explicar de dónde viene este conocimiento.
Pero antes de hablar de sus inicios, es interesante saber que algunos personajes históricos importantes tenían una excelente velocidad lectora. Por ejemplo, Napoleón Bonaparte leía y estudiaba con increíble rapidez la técnica de todas las grandes batallas libradas anteriormente.
Honoré de Balzac es otro caso especial. André Maurois decía de él que “su ojo abarca siete a ocho líneas a la vez, bastándole, con frecuencia, una sola palabra de la frase para interpretarla… “. Durante su estadía en la Casa Blanca, el presidente estadounidense Theodore Roosevelt tenía por costumbre leer tres libros al día.
El mandatario francés Charles de Gaulle no recibía a ningún jefe de estado sin antes conocer sus discursos más recientes y haber estudiado cuidadosamente la información acerca de él.
De acuerdo con sus biógrafos, otro presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, leía todos los escritos de la prensa, y a veces llamaba a sus autores para alabarlos o censurarlos...
Más información en http://www.periodistasnmx.com.mx/2013/10/02/historia-de-la-lectura-veloz/
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