Leer un libro por placer es muy distinto que hacerlo por
deber, aun cuando el texto sea de nuestro mayor agrado, porque esto implica
tener la capacidad de recordar y utilizar la información. Por eso es tan
importante crearnos un hábito efectivo, que nos permita lograr esos objetivos.
Para empezar debe hacerse una prelectura en la que es muy importante detenerse a conocer datos sobre el autor, su estilo, los principales temas que maneja y lo que lo impulsa a escribir. El contenido es igualmente valioso, pues establece la ruta que siguió la mente del autor y a qué le da mayor importancia.
También hay que atender a los términos que más le gusta
usar, las frases que se repiten, ya que generalmente son detonadores de
suspenso o acción, tan importantes en la trama. Esto te ayudará a procesar con
mayor facilidad la información...
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