Neurosis, un factor continuo de la existencia

Siendo la neurosis un padecimiento que afecta a buena parte de la población, es relevante saber que al principio de su estudio científico fue objeto de las más diversas teorías, algunas de las cuales establecían que era una afección dañina que sólo afectaba a algunas personas en todo el mundo.
Sin embargo, Karen Horney estableció la mejor teoría acerca de la neurosis, la cual la consideraba como un evento continuo en la vida normal; más bien como un intento de hacer la vida más llevadera, como una especie de “control interpersonal y adaptación”.

Por tanto, es algo normal en la vida cotidiana, solo que muchas personas lo hacen bien y los neuróticos tienen más problemas para llevarlo a cabo. De aquí que Horney distinguiera 10 patrones particulares de necesidades neuróticas, basados en las cosas que todos necesitamos, pero que se han distorsionado por las dificultades en la vida de algunas personas.

Así que hay una necesidad neurótica de afecto y aprobación, también la necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por ellos e incluso una necesidad neurótica de pareja, de una persona que lleve las riendas de nuestra vida (esto incluye la idea de que el amor resolverá todos nuestros problemas). Estas tres características las agrupó en el ámbito del cumplimiento.

Además, la necesidad neurótica de explotar a los demás y sacar lo mejor de ellos (una especie de manipulación y la creencia de que los demás deben ser utilizados), que en contraparte implica el miedo a ser manipulado por los demás, como las personas a quienes les encantan las bromas pesadas, pero no las soportan cuando se las hacen a ellas.

Igualmente, la necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social; como criaturas sociales y sexuales que somos, nos gusta ser apreciados por los demás. El problema es cuando nos “sobrepreocupamos” por las apariencias y la popularidad.

La necesidad de admiración personal quiere decir que todos necesitamos sentirnos importantes y valorados; sólo que algunas personas tienen miedo de no ser nadie, carecer de importancia y realizar acciones sin sentido. De las necesidades cuatro a la ocho, Karen Horney las clasificó como de agresión.

En cuanto a la necesidad neurótica de logro personal, algunas personas están obsesionadas con los logros y aspiraciones, por lo que de no conseguirlo constantemente están devaluando aquello en lo que no pueden ser los primeros.

La necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia conlleva la autonomía de nuestros actos, como si no se debiera necesitar nunca de de nadie. La necesidad de perfección e inexpugnabilidad lleva a las personas a pretender ser perfectas y temer fallar, por lo que se convierten en controladoras. Estas dos últimas necesidades, incluyendo la tercera, están englobadas en la categoría de alejamiento.