Las plantas de tratamiento de aguas residuales El Crestón y Culiacán Sur, que tuvieron una inversión de 3,400 millones de pesos, permitirán que Culiacán y Mazatlán puedan tratar mejor sus aguas grises y negras, al tiempo que acreditarán el respeto que se tiene hacia el medio ambiente.
También permitirán un mejor manejo de los recursos hídricos del país, por lo cual se deben considerar mecanismos que aseguren su viabilidad en cuanto a uso y operación. Estas acciones son necesarias para modernizar y dignificar el desarrollo urbano de Mazatlán, para potenciarlo como destino turístico de clase mundial.
Las descargas de la planta de aguas residuales El Crestón tendrán coexistencia con la vida marina y lograrán una integración total para que no haya contaminantes hacia la Bahía de Mazatlán. Culiacán Sur permitirá reutilizar el agua y darla a 720 hectáreas de cultivo para utilizarla en actividades agropecuarias y agrícolas.
Además de estas obras, en el estado se están llevando a cabo el Libramiento de Mazatlán con una inversión de más de mil millones de pesos y la modernización de la carretera interregional entre Culiacán, Sinaloa y Parral, Chihuahua, en la que se invertirá más de 1,400 millones de pesos.
También se tienen previstos los proyectos Presa Santa María, que demandará una inversión superior a los 6,000 millones de pesos, y el levantamiento de bordos de uno de los canales de riego más importantes, el Humaya, con una inversión cercana a los 1,000 millones de pesos.
Sinaloa cuenta ahora con el mayor número de plantas de tratamiento en el país con 233, y en la que el 98% de la población cuenta con agua potable.
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